Viento

 

El cielo oscuro extendía su dominio desde todos los límites del horizonte, atravesando el viento su tenebroso reino de punta a punta incorpóreo pero eternamente presente.

No había más luz en sus aposentos que la reflejada por la llama de las velas que había encendido por toda la habitación. Su brillo la hipnotizaba y se apoderaba de su alma mientras abstraída se colocaba delante del enorme espejo que había mandado traer para la ocasión.

Ella se miró reflejada en su cobriza superficie. Palidez mortecina y ojos aún más oscuro de lo normal era lo que veía por hallarse en las horas más tenebrosas de la noche. Su pelo que casi la llegaba hasta el suelo la envolvía por completo en un manto de blanco intenso.

Miró hacia el exterior por las ventanas y aunque la oscuridad no permitía ver nada podía sentir el escalofrío que indicaba que la hora de realizar el ritual había llegado.

Empezó a murmurar palabras escondidas, que nadie le había enseñado pero que ella de algún modo sabia. Mientras las pronunciaba el viento se arremolinó a su alrededor mientras fuera se desataba una tormenta que hizo acto de presencia como si se hubiera materializado de la nada.

Tras unos momentos pronunciando esas palabras vio como su imagen reflejada en el espejo se elevaba varios centímetros y sintió como el poder del aire entraba en su interior. A partir de entonces sería capaz de lograr cualquier cosa, de cortar las ataduras que ataban su corazón al miedo y la culpa y de ser más libre de lo que nadie lo había sido jamás.

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